Se recorta el crecimiento de México por la caída del petróleo.

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En el escenario económico dibujado por el Fondo Monetario Internacional (FMI) hay una gruesa línea que separa los países exportadores de petróleo de los importadores. La brusca caída del precio del crudo en los últimos cuatro meses es la razón principal de la rebaja en las previsiones de crecimiento de los países que tienen al oro negro como motor de sus economías. México, séptimo productor mundial y embarcado además en una particular cruzada por atraer al capital privado hacia sus tesoros energéticos, ha visto menguado sus pronósticos en tres décimas hasta quedar en un 3,2% este año y un 3,5% en 2016.
Los augurios del FMI se alejan en medio punto de las previsiones del Gobierno, que sitúa la actividad este año en un 3,7%. México aprueba sin embargo en su comparación con la media de la región. Tras un mordisco de casi un punto, el Fondo deja el crecimiento previsto para América Latina y el Caribe en un 1,3% para este año y un 2,3% en 2016. La rebaja se debe sobre todo al brusco frenazo de Brasil, la primera economía de la región y también potencia petrolera, que entró en recesión en el segundo trimestre del año pasado. El FMI deja el crecimiento brasileño en un escueto 0,3% para este año.
La repentina caída del precio del petróleo es una de las variables que más atención copan por parte de los analistas del Fondo. Desde la publicación de su último informe en octubre, la cotización del barril de crudo ha bajado más del 50%. “Este retroceso se debe en parte a una debilidad inesperada de la demanda en algunas grandes economías”, apuntan. El frenazo de la locomotora china y el nuevo tapón en Europa han tenido relevancia, pero sin duda el mayor detonante ha sido la decisión de la OPEP de no rebajar sus niveles de producción así como la nueva exuberancia petrolera en EE UU.
México aprueba en su comparación con la media de la región
“Esto son buenas noticias para los países importadores y malas para las exportadores”, incide el economista jefe del Fondo, Olivier Blanchard, en su análisis del panorama. “Si la tendencia en el precio del barril sigue a la baja, los país productores se verán obligados a reducir su nivel de gasto público”, continúa. Esta es la mayor amenaza para México. Pese a reducir considerablemente la dependencia petrolera de su economía durante los últimos años, el crudo aún supone el 30% de los ingresos del Estado y aporta el 6% del PIB.
El FMI, en línea con la mayoría de analistas, prevé que el precio del barril continúe en mínimos para recuperase el próximo año. Pese a no contar con graves desequilibrios en sus cuentas públicas, el Gobierno mexicano ya ha anunciado que no descarta recortes del gasto público.
El informe apunta también a otra fórmula para amortiguar el impacto: una depreciación sustancial del tipo de cambio. El peso mexicano ya ha sufrido en los últimos meses una notable alteración en su paridad con el dólar, hasta rozar los 15 pesos y acercarse a las cotas de la primavera de 2009, en plena resaca por la crisis financiera. Esta herramienta conlleva además otros costes. “Algunos tendrán que reforzar los marcos monetarios para evitar que la depreciación pueda conducir a una inflación persistentemente alta”, reconocen los analistas del Fondo. La depreciación del peso motivó en diciembre la intervención del Banco de México inyectando 200 millones de dólares a través de subastas con un tipo de cambio más barato.
Fuente: -El Pais

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Contador Publico Titulado del ITESO Catedrático del ITESO en materias fiscales, financieras y contables. Ex Funcionario de empresa nacionales y transnacionales Especialidades en impuestos por la U. Panamericana y el ITESO

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